Cuántos de ustedes no se han sentido agobiados por creer que nada de lo que están haciendo dará frutos, y sí, posiblemente están tan inmersos en la idea de hacerlo tan bien que se bloquean y no avanzan, esto sucede porque el mismo nivel de exigencia te nubla la mente y no te permite avanzar. Este miedo suele anidarse en lo cotidiano, cuando intentas compartir una idea en una reunión y te cohibes porque imaginas que es demasiado tonta, o cuando tienes un talento y no lo desarrollas porque imaginas que no tendrás éxito, y así se van pasando los días y cada vez te sumerges más y más en la creencia de que lo único que está garantizado es el fracaso.
Es la sombra de lo que podría ser, pero también de lo que podría demostrar que no es: insuficiente, inadecuado, un fraude. Este miedo no grita, erosiona, no paraliza de golpe, sino que va construyendo, ladrillo a ladrillo, una pared invisible alrededor de la posibilidad.
Para romper con este miedo empieza por:
✓ Cambiar el vocabulario: en lugar de usar palabras negativas opta por frases más realistas, por ejemplo, en vez de decir tengo miedo de fracasar, di voy a probar una serie de acciones para ver qué funciona y qué no. O si un resultado no es el esperado, en lugar de decir fracasé, di obtuve un resultado o descubrí un camino que no funciona. Así entenderás que algo que no funcione no es una sentencia sino un experiencia de aprendizaje y crecimiento.
✓ Planifica objetivos claros, acompañados de pequeños pasos que sumados en el tiempo generen un gran resultado: el miedo suele alimentarse de objetivos lejanos y abstractos. Enfócate en acciones pequeñas, manejables y de bajo riesgo, por ejemplo: si te da miedo hablar en público, tu primer paso no podrá ser el de dar una conferencia, comienza por compartir una idea en una reunión de 3 personas. O si temes lanzar un negocio, podrías comenzar por hablar con algunos clientes y conocer su opinión, pero no pretender vender 10.000 unidades la primera semana. Cada pequeño logro te construye una escalera para alcanzar el objetivo grande.
✓ Visualiza el peor Escenario Posible: toma papel y lápiz y responde la siguiente pregunta, si esto sale mal, qué podría pasar, y luego analiza, qué probabilidad real tiene de ocurrir, y si ocurriera, cómo me recupero. Hay algo positivo que saldrá de la situación, incluso si sale mal, el aprendizaje.
La clave no es eliminar el miedo, que es una emoción humana natural, sino domesticarlo para que deje de ser el que lleva el control y se convierta en un simple pasajero de tu viaje.

