Cada vez es más común ver cómo las personas dejan de interactuar entre si para perderse en la pantalla de su teléfono, pues si, este acto que parece inofensivo y que se presenta en la mesa de un restaurante, en la cama de una pareja, en el sofá de la casa o en una fiesta de amigos se llama Phubbing y trae consigo una serie de consecuencias que destruyen los lazos afectivos.
Aunque quien lo practica no suele ser plenamente consciente, el mensaje que envía a quien está a su alrededor es claro y doloroso y podría traducirse en: lo que ocurre en mi pantalla es más interesante o importante que tú en este momento. Esta sensación de ser enviado a un segundo plano genera frustración y rabia, deterioro en la comunicación, conflictos de pareja y desinterés.
Y lo más irónico de esta situación es que se convierte en un círculo vicioso, pues cuando una persona es ignorada por su acompañante, la reacción más inmediata es sacar su propio teléfono y perderse en éste también. Así, la interacción cara a cara se sustituye por un mundo virtual, mientras el mundo real y la relación tangible se desvanecen.
seguro te estarás preguntando ¿Cómo combatir este fantasma digital? lo primero que debes evitar es demonizar la tecnología, más bien, debes enfocarte en lograr un control sobre el uso de ésta. Hay pequeñas acciones que pueden marcar la diferencia, aquí te dejo tres que podrían ayudarte:
✓ Durante una visita, almuerzo, reunión o fiesta, designa zonas libres de móviles o desconecta el wi-fi, esto ayudará a entender que las conversaciones cara a cara son sinónimo de respeto, acompañamiento y diversión mutua. No hay nada más sabroso que echar cuentos con un amigo y reírse a carcajadas.
✓ Comienza por practicar la escucha activa, cuando alguien te hable, haz un esfuerzo consciente por dejar el teléfono boca abajo y mantener el contacto visual. Le harás sentir importante.
✓ Pregúntate: lo que veo en el teléfono es realmente más importante y nutritivo que prestarle atención a quienes están conmigo a mi alrededor, cuántas veces me he perdido interacciones nutritivas. También piensa en si este acto se trata de un reflejo de aburrimiento o ansiedad.
Dejar de hacer phubbing es un acto de respeto y un primer paso para reconectar con lo que de verdad importa: las personas que tenemos al lado.
